Siempre hay una nueva oportunidad.

Ayer invitábamos a reflexionar de una manera especial a todas las damas
que nos regalan el tiempo para leer estas meditaciones y hoy, de forma muy
puntual, quisiéramos hacer lo propio con los caballeros, aunque sean solteros,
puede ser una forma de prevenirlos contra un mal que por todos los tiempos ha
sido utilizado por Satanás para dañar los hogares y en esta época
está haciendo tantos estragos, infortunadamente hay un desconocimiento de
la Palabra de Dios, por lo cual se agudiza más esta situación; hablamos del
adulterio en todas sus formas y manifestaciones.
"Sea bendito tu manantial, y alégrate con la mujer te du
juventud...sus caricias te satisfagan en todo tiempo, y en su amor, recréate
siempre. ¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con la mujer ajena, y abrazarás el
seno de la extraña?...los caminos del hombre están ante los ojos de Jehová, y
él considera todas sus veredas"
Quizás no haya mucho que añadir a lo anterior, simplemente reconocer que
para muchos caballeros el sabor del adulterio y la fornicación, les hace
"agua el paladar", pero por el contrario, les puede también
"hacer añicos su salvación"; olvidamos quizás que nadie puede
ocultarse de los ojos escrutadores de Dios, es quien -como dice la Palabra-,
considera nuestras veredas. A quienes han pasado, o quizás estén pasando por
ello, les invitamos a volverse a Dios, porque Él, siempre espera que sus hijos
procedan al arrepentimiento, y así recuperen el sitio que les corresponde, a
quienes siendo solteros, piensen "no me atañe", pues como dice la
misma Palabra, es necesario mirar que no se caiga en tal situación (I Corintios
10:12), es decir la prevención.
Oremos juntos:
Amado Dios, hoy al reflexionar sobre esta Palabra, te pido perdón por mi
desobediencia y vengo ante ti buscando tu perdón y restauración, ayúdame Señor
a serle fiel a la mujer que me has dado para que me acompañe en el
trayecto de mi vida, a honrarla y bendecirla con mis palabras,
pensamientos, actitudes y valorarla, como tú Señor Jesús valoras y amas a
tu Iglesia; gracias por una nueva oportunidad, amén.