Un llamado especial
El apóstol Pablo hace un llamado a los cristianos a
tener una unidad especial en el Espíritu, es como si nos imagináramos que todos
estuviésemos alrededor del Santo Espíritu, escuchándole, obedeciéndole y
amándonos en forma evidente. Esto quizás parezca una exageración, pero es
así como deberíamos permanecer, infortunadamente en ocasiones nos dejamos
ganar del egoísmo y hasta se podría pensar que del desinterés por otros.
Si decimos que amamos a Dios y que somos cristianos,
pero algún hermano(a), en particular nos fastidia, o no podemos tener una buena
relación con tal persona, sencillamente no estamos en unidad; en ocasiones nos
tenemos que sobreponer a nuestro propio gusto, y hasta crear por nosotros
mismos un ambiente que genere simpatía, armonía y cordialidad; sí en
ocasiones no es nada fácil, pero la atmósfera que nosotros creemos esa
será al fin de cuentas, la que nos afectará para bien -lo ideal-, o para
mal; entonces es necesario "echar mano" de algunos
ingredientes, como equilibrio, objetividad, tratar de comprender y no tanto que
nos comprendan; es algo más que ser altruistas, es ser ecuánimes con nuestra
naturaleza de hijos de Dios; aquí la Palabra es muy clara: soportándonos con
paciencia en amor; hay personas que han encasillado el amor exclusivamente en
lo relacionado con la familia, o entre parejas; el Señor Jesucristo nos enseñó
algo muy específico cuando dijo que debemos amar a nuestro prójimo, como a
nosotros mismos; como quien dice, según lo que ames a las personas a tu
alrededor, demostrará qué tanto te puedes amar a ti mismo(a).
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