miércoles, 28 de diciembre de 2011

Busquemos la verdadera amistad Job 22:21-22.

Busquemos la verdadera amistad
 Job 22:21-22.
  
 Con este texto podemos comprender entonces que la paz, no es algo que simplemente se anhela y ¡ya! Sino que obedece más a una condición del corazón del hombre, con referencia a Dios. Infortunadamente por estas fechas lo que se mueve son un cúmulo de emociones y "buenos deseos" que se quedan en eso y nada más, porque lo que motiva todo ello, es un momento de euforia, quizás al calor del licor.
La paz es el resultado de volverse al Creador y lo paradójico es que justamente muchos acaban de proclamar que llegó Jesús, pero pronto olvidan de qué  se trataba aquello, o realmente no lo sabían. Así que si realmente queremos que haya paz, entonces tenemos que disponernos para que Cristo sea el que habite en nosotros, eso es volverse en amistad con Él, y poner justamente su Palabra en nuestro corazón.
De igual forma, el resultado de volverse a Dios es que nos da un corazón sencillo, noble y lleno de amor, y esto se evidencia en el deseo vehemente de pedir perdón a quienes hemos defraudado de alguna manera, y de perdonar a quienes nos hayan fallado a nosotros también, pero esto no ha de ser algo por la época, ha de ser algo duradero y sin volver de nuevo atrás. Entonces hagámoslo hoy mismo, sin dilatarlo más.
Oremos juntos. Amado Dios, ayúdanos a buscar de ti de todo nuestro corazón, a volver en amistad contigo, perdónanos todo pecado y toda maldad de nuestro corazón, ayúdanos a caminar en obediencia a esta Palabra, gracias por tu perdón que es suficiente para limpiarnos y sanarnos de todo aquello que nos tenía tan tristes, de igual forma, queremos llevar esa paz de nuestro corazón a quienes nos han fallado y perdonarles de todo corazón, en el Nombre de tu Hijo Jesucristo, amén.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Madrugando a buscarle
Salmo 143: 8-10
  
Para poder escuchar con claridad, obviamente hay que estar atento qué nos dicen, pues bien este versículo nos está mostrando que algo muy especial, y es la importancia de buscar a Dios temprano en la mañana; por eso hoy, mientras quizás muchos aún duermen o están bajo los estragos de una noche de excesos, nosotros podemos madrugar a buscar la presencia del Santo de Israel, justamente de Aquel que han pretendido celebrar -a su manera-, recordando que nació, pero sin tener en cuenta para qué nacía como uno de nosotros, y cuál sería entonces su misión en este mundo.
Hoy al meditar en Dios el Padre, y agradecerle que envío a su Unigénito hoy hace más de dos mil años, de la era cristiana, recordemos también que precisamente el llamado de Jesucristo el Señor, era que siempre hiciéramos la voluntad del Padre, fue por esa razón que nos enseñó a orar y nos dio un modelo, porque solamente cuando obedecemos en lo que nos enseña, es cuando verdaderamente su buen Espíritu nos guía a tierra de rectitud.
Qué bueno que hoy no tenemos nuestra cabeza llena de alcohol, sino de la Palabra maravillosa de Dios, para entender que sin Él, nada somos y nada podemos hacer. Entonces seamos obedientes y cada mañana, rindamos nuestra vida delante de Él, para que nos pueda guiar y de esa forma, tener una vida gratificante y llena del gozo del Señor.
Oración. Gracias Padre Santo porque nos has dado un maravilloso regalo, a tu precioso Hijo, y a ti glorioso Cristo, muchas gracias por haber pagado por nosotros y habernos dejado a tu maravilloso Espíritu Santo. Señor mi Dios, qué alegría saber que tenemos acceso a tu Trono de Gloria, por la sangre del Cordero Divino. Amén.

viernes, 23 de diciembre de 2011

El verdadero homenaje Isaías 9:6

El verdadero homenaje
 Isaías 9:6
  
"Porque un niño nos es nacido, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz".
"Y tú Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; porque de ti saldrá un guiador, que apacentará a mi pueblo Israel" (Miqueas 5:2).
Los profetas anticipaban al pueblo que vendría uno que sería majestuoso, grande, sabio y que guiaría a todo un pueblo, al estilo de un pastor con sus ovejas. Esa es la meditación que para este día sugerimos, porque aprovechando estas fechas precisamente, entonces es bueno pensar de quién se trata exactamente la persona que motiva -se supone-, todas estas festividades, a las cuales se les ha involucrado muchos elementos que en realidad nada, tienen que ver con le realidad del natalicio del Señor Jesús.
El más impresionante regalo e inmerecido por cierto, nos ha dado el Padre celestial, nos envío a su Unigénito, al Admirable, para que justamente le respetemos y admiremos; al Consejero, para que le escuchemos y le obedezcamos, para que todo nos vaya bien; el Dios Fuerte, para que nada temamos porque estamos en las mejores manos; Padre Eterno, que sepamos que él y el Padre son uno y que por tanto, le amemos y le busquemos de todo corazón, porque no tiene fin; al Príncipe de Paz, el único que realmente puede darnos esa paz que tanto anhelamos y que no la podemos encontrar ni en el licor, ni en la rumba, ni en persona alguna. Esto si lo pensamos con la profundidad de las palabras que dijeron los profetas, nos cambia todo ese esquema que quizás debido a la tradición hemos traído por generaciones, y que no nos ha dejado ver toda la realidad del acontecimiento más impactante que lleva nuestra vida a comprender lo grandioso de la encarnación de Jesús.
Hoy tengamos por cierto en nuestro corazón que mientras para algunos esta época significa parranda y licor -lo cual confunden con la verdadera alegría-, para quienes hemos recibido a Cristo resucitado y Todopoderoso, en el corazón, debe significar un impacto glorioso que nos ha arrebatado de las garras del destruidor de las almas. El Padre celestial nos ha dado el mejor regalo y por eso en cada época de este año, es lo que más debemos recordar y celebrar, en gratitud a Dios, por su gran misericordia, porque el Señor Jesucristo, dejó su Trono de Gloria, para encarnarse y hacerse como uno de nosotros, sólo que en una total santidad.
Oremos juntos. Gracias Padre celestial, gracias Amado Señor Jesucristo, hoy al recordar las palabras de los profetas, no podemos menos que agradecer, pero también rogarte Oh Dios, que nos ayudes a ser llenos de tu poder y tu gracia, para enseñarles a otros, el verdadero significado de esta fecha, cuando tú amoroso Padre nos hacías entrega de este maravilloso regalo, llamado Jesucristo de Nazaret, Príncipe de Paz, Dios admirable, Consejero. Amén.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Una decisión crucial. Lucas 1: 26-38

Una decisión crucial.
Lucas 1: 26-38
  
 Si bien es cierto este es uno de aquellos episodios que la Biblia nos relata de una forma muy hermosa, muy inspiradora para toda persona que reconoce en la virgen María, especiales atributos, también es cierto que debemos buscar aún más allá del mensaje mediático, la profundidad de la enseñanza.
Jesucristo de Nazaret, el Unigénito del Padre Dios, ahora debía tomar una decisión crucial, dejar su Trono de gracia, junto a su Padre celestial, para encarnarse en el vientre de una mujer, que obviamente, tendría que ser muy especial, una mujer escogida, que es modelo para toda mujer cristiana que quiera agradar a Dios.
María no era una mujer del común, de hecho era de una extremada sencillez y conocedora de la Ley de Dios y los profetas, por tanto, temerosa de Dios en gran manera; esta fue la razón por la cual, Dios el Padre, la escogió para anidar a su hijo que ahora se encarnaba en ella, por obra y gracia del Espíritu Santo. No le pidió permiso a ella para hacerlo, porque de hecho ella era una joven muy pura y que estaba siempre dispuesta para hacer la voluntad de Dios y que sabía muy bien que todo le pertenecía al Señor, razón por la cual, respondió: "Hágase en mí según tu voluntad". Esta debe ser también siempre nuestra respuesta y nuestra actitud hacia Dios.
El ángel le confirma a María, en esa impresionante escena que leemos en esta porción bíblica, que ella ha hallado gracia delante de Dios, por esa razón, en su vientre será concebido el Unigénito del Padre; a continuación el ángel le explica que será grande y llamado Hijo del Altísimo y que le dará el trono de David; es cuando María en la mayor candidez pregunta a su interlocutor "¿Cómo será esto? Pues no conozco varón". Es decir su virginidad y pureza estaban ahora a disposición para acunar al ser más especial, al más hermoso de todos los hombres y al tiempo, al Poderoso Hijo de Dios.
Que bueno sería meditar en este hecho como un conocimiento aún más allá, de la simple emoción de los tiempos que se están viviendo, reconocer no sólo cuán grande es el ejemplo de la virgen María, quien realmente nos debe servir de desafío y sobre todo a las mujeres que llamándose cristianas, quisieran ver un modelo específico para seguir, este es el modelo por excelencia en cuanto a obediencia y respeto hacia el Padre celestial.
No obstante, la enseñanza nos lleva aún más allá del gran acontecimiento de la encarnación, reconocer que no sólo el Señor Jesucristo tomaba una crucial determinación, que lo avocaba a ser tratado como un hombre común y corriente, sino también el Padre Dios, entregaba a la humanidad su más preciado tesoro, su Unigénito Hijo, para que al hacerse como uno de nosotros, no sólo conociera en carne propia, lo que era un ser humano del montón, sino para que años después, se entregase con la mansedumbre de un ciervo, a un sacrificio desgarrador y contundente.
Hoy cuando en muchos hogares celebran el segundo día de su "novena de aguinaldos", que bueno sería que su meditación no se quedase solamente en el hecho de que a María le es anunciado su embarazo celestial, sino que más allá de todo ello, reconocieran que Jesucristo estaba dispuesto a venir a este mundo tan lleno de dolor y de inmundicia, para pagar un precio muy alto con el fin de darnos salvación y vida eterna. En realidad, este es un conocimiento muy alto.
Oremos a Dios, nos ayude a tener esa mente de Cristo, para recibir esta palabra y poder vivir este tiempo de navidad, con agradecimiento a Dios, al reconocer que vino a pagar por nuestros pecados, cuando ya realmente no había ninguna esperanza para el hombre.
Recuerde: No es que Dios se tarda en llegar a nosotros, es más bien que nosotros no estamos a la mano de Dios, porque nos alejamos, porque hoy quizás muchos se llenan de alcohol y de cosas incorrectas, pero quieren que Dios no se tarde tanto. Dios quiere habitar en todos, acerquémonos más a él y vivamos esta navidad, con amor, obediencia y disposición de siempre hacer lo que Él quiere.