sábado, 17 de diciembre de 2011

Una decisión crucial. Lucas 1: 26-38

Una decisión crucial.
Lucas 1: 26-38
  
 Si bien es cierto este es uno de aquellos episodios que la Biblia nos relata de una forma muy hermosa, muy inspiradora para toda persona que reconoce en la virgen María, especiales atributos, también es cierto que debemos buscar aún más allá del mensaje mediático, la profundidad de la enseñanza.
Jesucristo de Nazaret, el Unigénito del Padre Dios, ahora debía tomar una decisión crucial, dejar su Trono de gracia, junto a su Padre celestial, para encarnarse en el vientre de una mujer, que obviamente, tendría que ser muy especial, una mujer escogida, que es modelo para toda mujer cristiana que quiera agradar a Dios.
María no era una mujer del común, de hecho era de una extremada sencillez y conocedora de la Ley de Dios y los profetas, por tanto, temerosa de Dios en gran manera; esta fue la razón por la cual, Dios el Padre, la escogió para anidar a su hijo que ahora se encarnaba en ella, por obra y gracia del Espíritu Santo. No le pidió permiso a ella para hacerlo, porque de hecho ella era una joven muy pura y que estaba siempre dispuesta para hacer la voluntad de Dios y que sabía muy bien que todo le pertenecía al Señor, razón por la cual, respondió: "Hágase en mí según tu voluntad". Esta debe ser también siempre nuestra respuesta y nuestra actitud hacia Dios.
El ángel le confirma a María, en esa impresionante escena que leemos en esta porción bíblica, que ella ha hallado gracia delante de Dios, por esa razón, en su vientre será concebido el Unigénito del Padre; a continuación el ángel le explica que será grande y llamado Hijo del Altísimo y que le dará el trono de David; es cuando María en la mayor candidez pregunta a su interlocutor "¿Cómo será esto? Pues no conozco varón". Es decir su virginidad y pureza estaban ahora a disposición para acunar al ser más especial, al más hermoso de todos los hombres y al tiempo, al Poderoso Hijo de Dios.
Que bueno sería meditar en este hecho como un conocimiento aún más allá, de la simple emoción de los tiempos que se están viviendo, reconocer no sólo cuán grande es el ejemplo de la virgen María, quien realmente nos debe servir de desafío y sobre todo a las mujeres que llamándose cristianas, quisieran ver un modelo específico para seguir, este es el modelo por excelencia en cuanto a obediencia y respeto hacia el Padre celestial.
No obstante, la enseñanza nos lleva aún más allá del gran acontecimiento de la encarnación, reconocer que no sólo el Señor Jesucristo tomaba una crucial determinación, que lo avocaba a ser tratado como un hombre común y corriente, sino también el Padre Dios, entregaba a la humanidad su más preciado tesoro, su Unigénito Hijo, para que al hacerse como uno de nosotros, no sólo conociera en carne propia, lo que era un ser humano del montón, sino para que años después, se entregase con la mansedumbre de un ciervo, a un sacrificio desgarrador y contundente.
Hoy cuando en muchos hogares celebran el segundo día de su "novena de aguinaldos", que bueno sería que su meditación no se quedase solamente en el hecho de que a María le es anunciado su embarazo celestial, sino que más allá de todo ello, reconocieran que Jesucristo estaba dispuesto a venir a este mundo tan lleno de dolor y de inmundicia, para pagar un precio muy alto con el fin de darnos salvación y vida eterna. En realidad, este es un conocimiento muy alto.
Oremos a Dios, nos ayude a tener esa mente de Cristo, para recibir esta palabra y poder vivir este tiempo de navidad, con agradecimiento a Dios, al reconocer que vino a pagar por nuestros pecados, cuando ya realmente no había ninguna esperanza para el hombre.
Recuerde: No es que Dios se tarda en llegar a nosotros, es más bien que nosotros no estamos a la mano de Dios, porque nos alejamos, porque hoy quizás muchos se llenan de alcohol y de cosas incorrectas, pero quieren que Dios no se tarde tanto. Dios quiere habitar en todos, acerquémonos más a él y vivamos esta navidad, con amor, obediencia y disposición de siempre hacer lo que Él quiere.

No hay comentarios:

Publicar un comentario