QUÉ NO LE PASE A USTED!
Este es un complemento -o continuación- del número cinco, y es una alerta fuerte, clara y contundente, para no caer en el hoyo del adulterio o la fornicación. Y es que estas acciones se convierten en adiciones, actúan en el cerebro de la persona de igual forma que la droga y le van enredando cada vez más, al punto que la persona va adquiriendo -por así decirlo-, dos personalidades que por obvias razones, va cubriendo con mentiras que cada vez se hacen más grandes, de esa forma, un pecado le lleva a otro; del versículo veintiuno en adelante leemos cómo actúa el adulterio y sus consecuencias.
Una persona así ve su situación como algo normal, añadiéndole a ello cinismo, que fácilmente podemos comprender llevará inexorablemente a una persona a un comportamiento indigno de un hijo de Dios, que le hará perder su verdadera "tabla de valores", aquella que por Su Palabra, ya Dios nos ha dado, es ese código divino que nos da para evitarnos el dolor, el fracaso y la tristeza, que al ser violentado en alguno de sus puntos, nos saca de la voluntad del Padre.
No pongamos en peligro nuestra vida, que es un don precioso que Dios nos ha dado para que la disfrutemos y podamos tener largos años llenos de las bendiciones del Señor. Quizás este no sea su caso, pero hay situaciones que nos ponen muchas veces en peligro, porque el adulterio no se refiere solamente a relaciones extramaritales -físicas-, la Palabra advierte que incluso el mirar o pensar en ello, nos pone al mismo nivel (Mateo 5: 27-30).
Oremos juntos. Señor Jesucristo, te pedimos perdón por cualquier acción nuestra que nos haya puesto en este peligro, o si hemos pecado de tal forma, te rogamos que nos ayudes a ser hijos obedientes a tu Palabra, que esta enseñanza en Proverbios, la tengamos clara tanto para nosotros, como para enseñar a nuestra familia; gracias por tu misericordia, recibimos tu perdón, amén.
Con aprecio,
Pastores Jhon Milton y Norma Stella Rodriguez.
Misión Paz a las Naciones.
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