UN SACERDOCIO ESPECIAL El Señor Jesucristo, el Unigénito del Padre, es además nuestro gran intercesor, porque así lo designó el Padre, y en estos versículos entendemos que cuando Melquisedec como sacerdote bendijo a Abraham -Génesis 14:18; éste sacerdote era sombra del que vendría luego -el Señor Jesucristo-, y ahora nosotros, tenemos el privilegio de contar con la bendición de este Sumo Sacerdote, que Dios nos ha dado, para que interceda por nosotros, siendo nuestro único mediador, puesto que fue quien murió por nosotros y resucitó para cumplir así con su sacrificio el castigo por nuestros pecados -Salmo 110:4-, y como Sacerdote de la orden de Melquisedec, quiere decir que por cuanto no procedía de ninguna dinastía terrenal, es por ello nuestro intercesor divino. El Señor Jesucristo es nuestro modelo en todo, pero obviamente en esta porción bíblica debemos verlo como un modelo para los varones en forma especial, quienes tienen una responsabilidad especial delante de Dios, ser los sacerdotes en su casa; infortunadamente en ocasiones la mayoría desconoce esta responsabilidad, porque no se han acercado a esta Palabra, o porque simplemente no han entendido su papel de varones delante de Dios. Hoy la invitación a todos los varones -de la edad que sea, de la religión que sea-, para que no tengan temor de recibir este Don maravilloso que el Señor ha puesto sobre su naturaleza de varón, si no habían comprendido esto a partir de hoy ya tiene este conocimiento, que lo coloca en un sitio muy especial, pero es necesario que ejerza su liderazgo conforme el modelo que ha dado el Señor Jesucristo; claro muchos pensaran que como Jesucristo es Dios, pues ellos no pueden llegar a esa altura, y es cierto, pero en todo caso, Dios sí espera que el varón obedezca y siga estos parámetros, no se intimide, no piense que eso es para gente de más edad, o más santa, etc., el argumento que sea; porque si usted que ahora lee esta reflexión es un varón, entonces Dios le está hablando en forma muy clara; si usted es una dama, seguramente podrá participarle esta reflexión a algún varón de su casa, para que comience desde ya a ser ese intercesor de su casa, a posicionarse como Dios quiere que lo haga; sobra decir, que este liderazgo está -por obvias razones-, muy lejos de ser agresivo, intimidante o algo por el estilo, porque es necesario hacer todo como el Señor Jesús, con amor, misericordia y perdonando siempre. Oración. Amado Dios coloco delante de ti a todos los varones que hoy pueden leer esta reflexión y a los que a través de otra persona luego lo podrá conocer, para que se entreguen a ti y comprendan la importancia de ocupar el lugar que tú le has dado, dejando atrás todo argumento y convirtiéndose en ese sacerdote de su casa, como tú lo has determinado, ejerciendo con obediencia, amor y responsabilidad, tan digno cargo delante de la sociedad. Gracias en el Nombre de tu Hijo Jesucristo, amén. |
martes, 28 de febrero de 2012
UN SACERDOCIO ESPECIAL // Hebreos 7: 19-28
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