miércoles, 22 de febrero de 2012

UNA TERRIBLE DECISIÓN - Texto Bíblico: 1o de Samuel 8:1-7

 UNA TERRIBLE DECISIÓN


Texto  Bíblico:  1o de Samuel 8:1-7
 En este episodio podemos comprender que este fue una de las tantas causas por las cuales el pueblo de Israel tuvo tantas dificultades y fue tan perseguido por sus enemigos. Hasta ese momento Dios mismo era quien los dirigía, era su Rey y a través de profetas, sacerdotes o jueces, les hablaba y aplicaba sus enseñanzas; no obstante este pueblo era envidioso y les pareció muy especial que los otros pueblos tenían reyes, y les pareció que eso era una ventaja impresionante que tenían los pueblos aledaños; entonces, le pidieron al sacerdote de Dios -Samuel-, que pusiera sobre ellos un gran líder, un rey de carne y hueso; como quien dice: "No queremos que Dios sea nuestro rey". ¡Qué locura! Esta terrible decisión.
No obstante, nos damos cuenta también, que el propio Samuel estaba pasando por algo muy terrible en su vejez, ya que sus propios hijos, que debían ser  modelo y ejemplo ante los demás hombres del pueblo, sólo avergonzaban a su padre (Vr. 2), esto también provocó que los más ancianos se  decidieran por promover que el pueblo pidiera un rey.
Qué fácil es en ocasiones tomar decisiones acaloradas, o porque vemos que a otros tal o cual cosa les está "funcionando", entonces pretendemos que también debe "funcionar" para nosotros, y esto nos puede arrastrar a la envidia, a la desobediencia a Dios y por ende, a nuestra destrucción. Reflexionemos y no sigamos los malos ejemplos, no permitamos que nadie vaya a ocupar el lugar de Dios el Soberano, el Gran Yo Soy, en nuestro corazón; y siempre tengamos en cuenta que debemos ser de buen testimonio, los hijos de Samuel con su conducta, colaboraron a que el pueblo fuese en busca de su desgracia.
Oremos juntos. Amado Dios y Padre celestial, ayúdanos a ser personas de integridad, testimonio y fe, para que nunca envidiemos lo que otros son o tienen, que nunca pongamos un ídolo en el lugar en el cual Tú Padre Santo, debes estar, como nuestro Rey y Señor; y que podamos ser de buen testimonio delante de quienes rodean, tanto de tu pueblo, como de los inconversos, te lo suplicamos en el Nombre de tu Hijo Jesucristo, amén.


Mision Paz a Las Naciones

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