Tu boca te delata
Lucas 6: 43-45
El Señor Jesús siempre estaba enseñando a sus seguidores con ejemplos simples, quizás una de las razones era para que no olvidaran lo aprendido, es un hecho que cuando se explica de manera sencilla y práctica esto es inolvidable, y el Señor Jesucristo en este caso les habla de algo que los rodeaba y que ellos -sus seguidores-, conocían bien, los árboles llenos de fruto.
Coloca el ejemplo del árbol malo que por más que se le riegue nunca dará un buen fruto, al contrario del bueno, que dará siempre a conocer qué tan bueno es a través de sus deliciosos frutos; de igual forma cada árbol dará su fruto acorde con su género o especie; entonces les pone el ejemplo que así como no se cosechan higos de los espinos, tampoco de las zarzas se vendimian uvas, esto para mostrarles la importancia del fruto y lo que éste en realidad muestra.
Al comparar al hombre bueno, que de su buen corazón sólo saldrán cosas buenas; contrario al hombre de mal corazón, que por comparación, sólo sacará cosas malas, para demostrar la importancia de tener un corazón correcto, porque de lo que en este se encuentra es que la boca puede hablar; como quien dice, que no es en definitiva la mucha preparación intelectual, con todo lo importante que ésta es, para que el ser humano avance en conocimientos académicos, con el fin de alcanzar un mejor nivel intelectual; sino que es indispensable tener un corazón rendido a Dios, lleno de su Palabra, porque sólo así se garantiza que todo lo que hablemos serán cosas buenas.
Obviamente que estamos rodeados siempre de personas que quizás no tienen en su mayoría un corazón lleno de Dios, pero eso no obsta para que nosotros no procuremos en cambio llenar el nuestro de su Palabra, porque definitivamente quien tiene su espíritu rendido al Espíritu Santo, es quién podrá siempre hablar de manera mesurada, manteniendo una mente sana,
No hay comentarios:
Publicar un comentario