domingo, 30 de octubre de 2011

Un estilo de vida especial Lucas 21: 35-38

Un estilo de vida especial 
Lucas 21: 35-38

 
Ayer meditábamos sobre la importancia de orar y meditar en la Palabra, hoy finalizando este capítulo encontramos algo muy especial de parte del Señor Jesús, su ejemplo de vida, si leemos con detenimiento los dos últimos versículos nos impacta que el mismo Señor tenía un estilo de vida tan impresionante, qué diferente de los afanes de este mundo.
Enseñaba de día en el templo, de noche se iba al monte de los Olivos a orar y por la mañana, la gente le buscaba para oírle sus enseñanzas (Vr. 37-38). Estos son los únicos afanes que nosotros debemos tener, no obstante, nos preocupamos por comprar el carro, la casa, los mejores vestidos, etc., -y no es que sea malo-, Dios quiere que tengamos todas las cosas que anhelamos, pero que no se constituya la consecución de cosas materiales en un estrés permanente hasta el punto que no podamos disfrutar la vida como debe ser, y a cambio mantengamos muy enfermos y lo que es peor, sin ayudar a quienes se encuentran a nuestro alrededor, porque obviamente nuestro agite diario, ni tiempo nos da para tener comunión con Dios.
Hoy es un llamado de atención a nuestro estilo de vida, obviamente esta porción bíblica tiene muchas otras aplicaciones, quizás incluso hasta más espirituales, pero Dios es práctico y muy sencillo, y es lo que en ocasiones a nosotros como sus hijos, nos puede resultar extraño, pero es un hecho que en ocasiones dejamos lo más por lo menos.
Hoy domingo muchos nos preparamos para ir a alabar con todos nuestros hermanos en la presencia del Señor, no obstante, en ocasiones no nos disponemos completamente, estamos pensando en "esto y aquello", y en lugar de concentrarnos en darle prelación a Dios y cantar con alegre corazón, llevamos nuestras preocupaciones y estrés con nosotros, razón por la cual nuestro espíritu no alcanza la plenitud del gozo en la alabanza a nuestro Dios, cambiemos esa historia, el Señor Jesucristo igual tenía una vida agitada, pero en los negocios de su Padre, que era lo que le inundaba de paz, tratemos de imitarle y vayamos a Su casa, dejando todo en la nuestra, para adorarle con un espíritu puro y apasionado.
Oración. Gracias por este día tan especial, ayúdanos a disponernos para ir y adorarte solamente a ti, precioso Dios,  para que en verdad nuestra alabanza sea auténtica como para el gran Rey de reyes y Señor de señores. Amén. 


Mision Paz a Las Naciones

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