martes, 1 de mayo de 2012

Atrayendo siempre lo bueno. // Daniel 1: 8-9


Atrayendo siempre lo bueno.


Texto  Bíblico:  Daniel 1: 8-9
Como cristianos en ocasiones tendemos a creer que debemos comportarnos bien cuando estamos en el templo, o delante de los hermanos, porque estamos bajo un concepto religioso y farisaico, pero en realidad, no hemos entendido el alcance de la dimensión espiritual y todo lo que abarca, es la razón por la cual, muchos siendo cristianos -incluso de años-, no son prósperos y tienen enfermedades etc.
La contaminación es en todo sentido, con base en lo que aprendemos del profeta Daniel, quien decidió no comer de la mesa del rey, tipo de Satanás; encontramos que muchos hemos tomado no sólo de la mesa de Satanás, sino incluso de sus sobras, y sin darnos cuenta nuestra contaminación ha podido tocar a nuestra preciosa familia, y eso es lo paradójico, porque decimos que queremos lo mejor para nuestros hijos, pero permitimos que la contaminación espiritual nos toque y con ello al resto de los de la casa, y esto llega mediante relaciones personales que sabemos que Dios no aprueba, mediante programas televisivos que hacen arder nuestro ser interior en pasiones y emociones que van desde lo negativo hasta lo sensual; cuando tenemos conversaciones negativas, de murmuración o incluso, cuando nuestro vocabulario no sólo es soez, sino maldiciente y negativo.

Daniel al decidir no contaminarse, se puso de acuerdo con Dios, por tanto, atrajo hacia sí, una gracia especial (Vr. 9), hay personas que dicen: "por qué será que la gente no me acepta", y es que Dios ha colocado sobre nosotros algo especial para atraer lo que queramos, de tal modo que nuestra actitud y forma de hablar harán el resto. Queremos atraer cosas buenas, hemos de hablar bien, no contaminarnos, rodearnos de personas que estén por la causa de Dios; entonces, estaremos siempre propensos al éxito y a la prosperidad ilimitada, para nosotros y nuestra familia.

Oración. Dios Todopoderoso, gracias por habernos dado tantos dones y derramar sobre nosotros tu gracia maravillosa, por favor, ayúdame este día a hablar en forma correcta y a no contaminar ni mi vida, ni mi casa, ni el ambiente que me rodea; ayúdame por favor, a estar siempre lleno(a) de tu gracia maravillosa, y a honrar tu Presencia en mi vida, en el Nombre de Jesús, amén.  

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