Estudiar
la Palabra da felicidad
Texto bíblico: Isaías 2: 1-4
En ocasiones algunas personas expresan que creen en
Dios, pero que no les gusta leer la Biblia, porque -según dicen-, les da miedo,
se han dejado afectar por tradiciones o enseñanzas torcidas y entonces, se
pierden de ese maravilloso regalo que la Palabra nos da cada vez que la leemos,
un tesoro maravilloso, llamado fe.
El profeta narra aquí una visión majestuosa que
el Señor le permitió ver, con el fin de animarlo y que de igual manera,
enseñara a otros. Hoy ya tenemos todas las profecías de parte de Dios, es por
ello, que si alguien nos va a profetizar algo que no está escrito, sabemos
bien que es mentiroso; de allí entonces la importancia de estudiar la Palabra,
no hay porque temer, si Dios es bueno y sólo quiere para nosotros cosas buenas.
Leemos en el versículo cuatro que al final de los tiempos, cuando Dios juzgue
entre las naciones, ya no habrá violencia y todas las armas de destrucción, las
convertirán en herramientas para arar y sembrar la tierra, y será tal la
abundancia en todos los pueblos, por haberse vuelto todos a Dios, que ya no se
adiestrarán más para la guerra.
Se dice que uno debe vivir cada día como si fuese el
último de su vida, queriendo ilustrar la clase de vida que uno debe siempre
cultivar, y si leemos en el versículo tres, es una invitación a que subamos al
monte de Dios, porque es Él mismo quien nos enseñará el camino, y esta es una
alusión muy clara de subir a la Casa de Dios, es decir a su Iglesia, porque
allí se enseña su Palabra. No tema estudiar la bendita Palabra de Dios, porque
es un manual de conducta y a la vez, un tesoro incalculable que nos lleva al
éxito ilimitado.
Dios le bendiga.
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