UNA PIEDRA VIVA
Este capítulo es como un gran resumen de cómo debemos vivir los hijos de Dios y nos hace énfasis en: Desechar toda malicia y toda detracción (murmuración, calumnia, difamación). Y Dejar toda hipocresía, o envidia.
En cambio nos recomienda:
*Acercarnos al Señor Jesucristo, quién como piedra viva y escogida por Dios, para que sea nuestro modelo, siendo también piedras vivías y seamos edificados como casa espiritual para Cristo.
*Que tengamos un buen testimonio, puesto que es una forma de predicar en silencio, más no que hagamos de esto una manifestación religiosa, sino, una manifestación del amor.
*Seamos respetuosos de las autoridades civiles y militares, a nuestros patrones o jefes, acatando con diligencia sus reglas.
Todo esto nos debe llevar a entender que debemos comportarnos como lo que somos de parte de Dios: reyes y sacerdotes, una nación santa, un linaje especial para Dios, no obstante, no debemos olvidar de dónde nos sacó el Señor; es curioso que tome como elemento de esta ilustración una piedra y sobre todo que enfatice que debemos ser piedras vivas, porque entendemos que justamente es un elemento inerme, por tanto, la condición nuestra ha de ser de personas muy especiales que se note quién vive en nosotros.
El apóstol Pedro en este capítulo nos ha enseñado algo muy importante y que no debemos olvidar nunca, que somos un linaje escogido por Dios y esa es una razón más que suficiente para tener un comportamiento diferente al común de las gentes, no obstante que debemos mantener nuestra mansedumbre y amor hacia el prójimo, de tal manera que las personas comprendan sin necesidad de que se lo digamos, que en nosotros habita el Señor Jesucristo, y solamente cuando actuamos como Él lo hizo, estaremos dando esa referencia.
No tema mostrar a otros su fe en Dios, considere no obstante la delicadeza y el respeto a quienes le rodean, esto ayudará a quienes aún no han dado ese paso de fe, a desear de aquello que usted es y muestra con su testimonio silencioso.
Oremos juntos. Señor Jesucristo muchas gracias por tu gran amor y deferencia para con nosotros, ayúdanos a dar ese testimonio que alcance a multitudes para ti, siendo siempre esas piedras vivas que nunca se cansan de edificar en tu casa, te lo rogamos en tu nombre, amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario